En tus últimas horas de vida te hice una promesa: cuidar la salud de tu hermano y consolar a tu madre. Sin pensarlo acepté, lo prometí. Ese mismo día más tarde una hemorragia cerebral te atacó, no pude hacer nada. Me sentía inútil, tanto tiempo diciéndote que lucharás, que todo estaría bien y no fue así.
Sólo tuviste unos segundos para escuchar a tu madre llorar y despedirse de ti, te dijo que habías sido bueno, que podías ir en paz. Tu hermano no pudo decir nada, las palabras no quisieron salir de su boca, quizás no encontró como agradecer todos esos días de juegos y de travesuras de los que tanto me hablaban, pero sé que con su silencio entendiste todo.
Pediste sellar nuestra promesa chocando nuestros puños antes de que todo ocurriera, lo recordaré siempre. Una promesa es una promesa pequeño.
By: Ana Carranza.
Uff que duro! Y emotivo
Me gustaLe gusta a 1 persona
Así es. Esto está inspirado en uba serie que adoro. Saludos.
Me gustaLe gusta a 1 persona