Yo, más fría que el hielo, sin razón ni admiración por el amor, sin creer siempre que no era para tanto cuando alguien se atrevía a mencionarlo.
Tú, tu fuego y tu luz; capaces de derribar los aisbers más inmensos e impenetrables. Elegiste ser mi calor cuando mi frío ya no quiso ser eterno.
By: Ana Carranza.