Siempre he sabido que somos dueños de nuestro destino, de cada una de nuestras miradas, sonrisas y actos que cometemos a diario, a propósito. Mi acto más grande ahora es avanzar y dejar que el mundo siga su curso sin ningún tipo de reproche, sin ningún arrepentimiento y sin ninguna duda de que todas mis decisiones no han sido buenas pero sí, reales, han sido lo que deseaba en ese momento. Viví.
By: Ana Carranza.
Deja una respuesta