Había una forma extraña en la que él la miraba todos los días en esa estación de tren. Se encontraban cada mañana, sus miradas se cruzaban sin remedio, como si un imán los atrajera, pero ninguno se aventuraba a conversar con el otro por más que sus almas lo suplicaran.
By: Ana Carranza.
La eterna guerra entre la mente y los sentimientos, entre los deseos y los miedos… y al final quedarnos sin esa oportunidad…
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La vida está llena de riesgos y no tomarlos sería como no vivir.
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Estaban hechos para el silencio. Abrazo y rosas.
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En silencio en el uno para el otro. Abrazo.
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Y qué ocurrió después?
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Lo estoy pensando. Saludos.
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Reblogueó esto en El Noticiero de Alvarez Galloso.
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